martes, 28 de octubre de 2008

lunes, 20 de octubre de 2008

Tarde triste

El beso frío de la muerte acarició tu mejilla mientras helaba una parte de nosotros. No nos quisimos dar cuenta de que ya te habías despedido, cuando empezamos a echar de menos tu presencia marcada en la cama, donde hoy aun lloran recuerdos que se clavan. Ya no es posible volver a formar el puzzle para terminar viendo el paisaje de una familia, que para impedir que se hunda el barco permanece unida.
Grito y grito más alto, para ver si allí en el cielo me oyen. Grito serpientes y lloro puñaladas que se me han ido clavando de todos y cada uno de los que me dieron el beso de Judas. Intente ser lo mejor, y así, poco a poco, me fui convirtiendo en lo que no era. Pero has tenido prisa, me has dejado de la mano de Dios, sin mirar cuando, ni donde. Solo te fuiste sin pensar en mí y hoy me sigo vaciando poco a poco, porque cada vez tiene menos sentido todo. Toda una vida labrando… ¿Qué? ¿Para que? Todos vamos a terminar igual. Y ahora abuelo, tu que estas entre ellas, dime cual es la estrella que debo seguir, porque hace ya mucho tiempo que me perdí y no se qué hacer ahora ya, aquí.
Insomnio
Bakarrik ez sentitzeko adorea behar da,
momentu desgraziatu hauetan
tristurak bentzutuak ez izateko.
Hemakumea izan behar da,
ba dakit, holaxen sentitzen dut,
gure egoera hau oso grabea da.
Errebelatu gabe min hau suportatzeko
kurajea behar da.
Hemakumea izan behar da.
Kurajea behar da.

martes, 7 de octubre de 2008

Octubre

Vi como se despedia el verano, como los rayos del sol empezaban a pasar desapercibidos, como la gente empezaba a abandonar la playa, y el peso de un verano mas me marcaba con sus recuerdos ya enterrados. Fui arrancando uno a uno de mi piel, y ahora estoy desnuda, esperando el calor de un nuevo abrazo. ¿que mas da que ya no estés aquí? Después de todo mañana no te echare de menos, pues todos terminamos igual, y me iré tan sola como vine. Tu también, solo. No hay mejor maestro que el error, y ahora veo lo que gané, cuando perdí, afrontando lo que al capricho del destino se le antojó. Ahora llega el otoño y no sera la escarcha de tu presencia revestida de cordero lo que me arropara en este frío mes de octubre. Prometo no echar de menos el calor bajo las sabanas, ni mis pies fríos buscándote al final de la cama. Pude y no quise, no valía tanto como aparentaba, y hoy el tiempo, que todo lo pone en su sitio, lo confirma. Sigue tu teatro que has aprendido con los mejores: la apariencia y la pillería. Ahora ponles tu el nombre propio.

Insomnio